Barcelona tiene su encanto, pero nunca imaginé ver a la Rambla llena de Catrinas, calaveritas y hasta unos alebrijes paseándose con todo el sabor y la picardía del Día de los Muertos mexicano. Con mi cámara lista, me metí de lleno en este desfile donde la muerte se celebra. Entre flores, caras pintadas y trajes que parecían decir “¡ándale, que la vida es pa’ gozarla!”, capturé cada momento. Fue un show muy rápido, lleno de color y misterio, y claro, de ese toque festivo que solo México sabe darle a la vida y al más allá.
La Magia de Retratar a una Catrina: Color, Detalle y Cultura Viva
Hacer retratos de catrinas es toda una experiencia, llena de colores, detalles y tradición. En esta imagen, el maquillaje es lo primero que atrapa la atención, con tonos intensos y bien definidos. Los ojos rodeados de rosa, las flores de cempasúchil en la corona y esos dientes pintados al estilo esqueleto le dan ese toque que hace de la catrina algo único. Cada elemento representa un poco de la vida y la muerte, mezclados en un equilibrio que los mexicanos han logrado convertir en arte.
El contraste entre el maquillaje y el traje tradicional bordado a mano es lo que hace que estas fotos resalten tanto. Los tonos morados, rojos y amarillos del vestido crean un juego visual que celebra lo folklórico y lo espiritual. Además, el collar de cuentas turquesas y los anillos aportan textura y profundidad, dándole a la imagen una autenticidad que conecta con la riqueza de la cultura mexicana.
Y no puedo dejar de mencionar el maquillaje, que es todo un arte en sí mismo. Cada línea y sombra están trabajadas con tanta precisión que dan ganas de acercarse y explorar los detalles. Los retratos de catrinas permiten capturar esos toques misteriosos y festivos al mismo tiempo.
Alebrijes y Catrinas: Un Encuentro entre lo Real y lo Mágico
Además de las Catrinas, algunos participantes también llevan alebrijes, criaturas fantásticas y coloridas propias del arte popular mexicano. Estos seres míticos añaden una capa extra de simbolismo y misterio al desfile, representando una fusión entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Los alebrijes, con sus formas surrealistas y colores vivos, son ideales para fotografías cargadas de imaginación y simbolismo.
Las Catrinas posaban en puntos emblemáticos de Barcelona, y cada parada era una escena lista para ser fotografiada. Los tonos vibrantes, las texturas de los trajes y la teatralidad del maquillaje eran geniales, gracias a Mexcat Barcelona por organizar, seguro, el próximo año podre tener un espacio para crear retratos más impactantes.
Hay algo en esas miradas pintadas y en los colores vibrantes que parece que nos cuentan historias de otro mundo, de tiempos y lugares que ya no existen pero que siguen vivos en cada detalle. Sigo con mi cámara creando fotografías de Dibujo Libre.
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